El trastorno por déficit de atención (con o sin hiperactividad) es un trastorno neurobiológico que se caracteriza por presentar dificultades en la regulación de la atención, la inhibición y la conducta motora; y ello afecta a varias áreas de la vida del niño, p.ej. escolar y familiar.
Además, el tipo de conducta de estos niños, interrupciones constantes, movimiento motor continuo, despistes habituales, etc., afectan a toda la familia aumentando el estrés de ésta.
Es verdad que muchos niños son activos y no por ello son hiperactivos. La diferencia estriba en las consecuencias en la vida del niño y de los que le rodean: dificultades en el estudio, en hacer nuevos amigos; en ocasiones, desarrollo evolutivo retrasado; necesidad de mantener una rutina, de control conductual por parte de los padres, etc.
En la adolescencia y la edad adulta, se observan dificultades para planificar las tareas y proyectos que tienen que realizar, en la gestión de los tiempos y plazos, problemas de concentración, junto con la necesidad de cambiar a menudo de tarea y, en ocasiones, dificultad para relacionarse con los otros.
Podemos encontrar tres tipos fundamentales en TDA-H:
Subtipo hiperactivo-Impulsivo: son niños con una conducta motora excesiva y continua, que realizan interrupciones constantes, cambian de actividad cada poco tiempo; preguntan constantemente, lo tocan todo, etc.
Subtipo inatento: en estos casos el síntoma nuclear es el déficit atencional. Estos niños no están en continuo movimiento ni tampoco interrumpen a los demás, no se levantan de la silla… Son niños despistados que olvidan apuntar sus deberes, las fechas de entrega de los trabajos, que olvidan el material para clase en casa, etc.
En el Subtipo Combinado se aprecian características de los dos anteriores.
Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, existen otros problemas asociados, como dislexia o trastornos del aprendizaje, que puede ser necesario valorar y tener en cuenta de cara al tratamiento.
Una evaluación completa del niño y las dificultades del entorno nos permitirá adaptar el tratamiento a las necesidades del niño y de cada familia, y aportar orientaciones para mejorar la dinámica familiar. Solicita una cita sin compromiso para que podamos enfocar tu caso.