CUÁNDO ACUDIR A UN PROFESIONAL: SIGNOS DE ALERTA EN EL NIÑO

CUÁNDO ACUDIR A UN PROFESIONAL: SIGNOS DE ALERTA EN EL NIÑO

A veces es difícil saber cuándo debemos llevar a nuestro niño a un especialista. Naturalmente tendemos a comparar a nuestro hijo o hija con los hermanos mayores, si los tiene, o con los demás niños de la guardería o el cole; y podemos ver diferencias con nuestro hijo. Pero también es normal dudar, y muchas veces oímos en nuestro entorno consejos bienintencionados, que pueden ser más o menos acertados, el niño es muy pequeño , cada niño tiene un ritmo de desarrollo, tú (o alguien de la familia) también hablaste muy tarde y luego hablaste perfectamente, ya hablará, etc.

Es cierto que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje; sin embargo, la mayoría de los niños presentan una secuencia típica de aprendizaje, unos hitos evolutivos, de manera que en cada edad (o franja de edad) se supone que deben tener adquiridos ciertos hitos. Como hemos dicho, cada niño se desarrolla de una manera única, en función de sus características biológicas, el ambiente en que se encuentra inmerso, la estimulación que recibe, la calidad de la estimulación, el idioma de la estimulación, las características psicológicas del niño, el estilo de aprendizaje, etc. Por ello, hay niños que adquieren ciertos hitos un poco antes o un poco después. Sin embargo, si a cierta edad, un niño o una niña no ha adquirido un hito determinado podemos sospechar que hay alguna dificultad y será conveniente prestarle la adecuada atención para asegurar que nuestro hijo tenga el desarrollo más adecuado.

A continuación, vamos a comentar cuáles son esos síntomas de alerta a los que hay que prestar atención:

  • A los 3 meses no sonríe a ante las caras o voces familiares
  • A los 5 meses no se orienta hacia los sonidos o no produce sonidos
  • A los 12 meses apenas balbucea, no responde a su nombre, no señala para pedir o mostrar algo, no dice hola o adiós con la mano
  • A los 18 meses: no emite palabras aisladas, no entiende órdenes sencillas del tipo: “dame”, “mira”, “ven”; o no usa jerga para hablar.
  • A los 24 meses: no realiza emisiones de dos elementos del tipo “papá pis”, “mama mira”, “más galleta”, etc. no realiza contacto visual, no está interesado en enseñarte cosas o jugar contigo, no está interesado en la interacción social, su juego es restringido o repetitivo, no es capaz de realizar órdenes sencillas del tipo: “dame el oso”, “trae tus zapatillas”
  • A los 3 años: normalmente los niños de esta edad ya son capaces de contar bastantes cosas y hacer un discurso relativamente elaborado, aunque con fallos, pero el niño debe ser al menos capaz de realizar una frase tipo objeto-verbo-sujeto, como: “mamá quiero más”, “papá dame el tete” y similares. En cuanto a la articulación todavía habrá sonidos que no pueda decir como la /r/, la /d/ o la /f/, pero la mayor parte de su discurso debe ser inteligible.
  • El niño debe poder decir entre 50 y 80 palabras. Si tiene pocas palabras o las simplifica en exceso (ej. “ca” por “casa”) es importante hacer una valoración.
  • A los 3-4 años no utiliza pronombres (yo, tú), ni emplea adjetivos, sus frases son muy cortas o simples. Si no emplea coordinadas con “y” y “pero”; presenta dificultades con las concordancias y realiza emisiones del tipo: “un casa”, “una lápiz”, “las niñas va” o “el coche son” significará que el niño está teniendo dificultades con la correcta adquisición de la gramática de la lengua y es importante acudir a una evaluación por un especialista.Su discurso no es inteligible para los demás.
  • Además, el niño ya tendrá que estar empleando al menos las preposiciones “a”, “para” y “con”. Otra señal de alarma será si presenta tartamudeo excesivo, especialmente si va acompañado de esfuerzo (como tics) o de señales de angustia por parte del niño (no puedo decirlo, no me sale, etc.).
  • A los 4-5- años continúa sin pronunciar bien la mayoría de los sonidos, no emplea artículos, preposiciones, pronombres, adjetivos, no responde a las preguntas qué, quién y dónde, presenta un vocabulario reducido, tiene dificultad para explicar sucesos o historias cortas, nos da la impresión de que no comprende bien o no está interesado en jugar con otros niños.
  • A los 5-6 años persisten dificultades en la articulación, notamos dificultades de comprensión, tiene dificultad para atender cuando le decimos algo o le contamos un cuento, no nos mira directamente, tiene manías o rutinas en las que tiene que hacer algo en un orden determinado por ejemplo, comete errores en la estructura de la frase, etc. Hay que tener en cuenta que a esta edad, los niños empiezan con el aprendizaje de la lectura y la escritura. Dificultades en el lenguaje oral pueden traducirse en dificultades en estos aprendizajes.

La última recomendación es quizá la más importante de todas. Usted conoce bien a su hijo y tendrá un buen punto de referencia al ver a otros niños de la guarde o del cole. Si algo le preocupa, acuda a consultarlo con un profesional. Si su hijo presenta cualquier dificultad, cuanto antes se acuda a consulta, y se inicie un tratamiento (si es que lo necesita) mejores y más tempranos serán los resultados. Si no es importante, el profesional se lo dirá, siempre se está a tiempo de esperar. El mejor tratamiento siempre es la prevención.

 

 

 

Andrea Romero